Desde muy pequeña siempre me atrajo la Naturaleza y ESTAR (caminar, admirar, respirar, tocar, oler, sentir...) simplemente en ella, es un placer que disfruto cada día y del que no quiero prescindir jamás.
Aunque el cine (mi otra pasión y mi trabajo durante más de veinte años) me apartó un poco de los bosques y montañas (no del todo, porque mi primer largometraje como guionista y directora -Tengo una Casa- lo rodé íntegramente en el precioso hayedo de Urbasa), nunca he dejado de leer y aprender sobre medicina natural, ecología, plantas medicinales, remedios naturales... y todo lo relacionado con vivir más en sintonía con la Naturaleza, de la que formamos parte.
Descubrí la cosmética natural y ecológica siendo muy joven, y ya no hubo vuelta atrás. Era otro mundo que estaba a años luz de lo que yo había usado hasta entonces. Y mientras seguía escribiendo guiones para cine, en 2007 empecé los estudios de Naturopatía (en Unisalud), simplemente para aprender más todavía y tener más herramientas para criar a mi hija y a mi hijo (entonces muy pequeños), de la manera más saludable y natural posible. Y fue la búsqueda de un protector solar físico (no químico, que acaban llegando a la sangre y no son nada inocuos), lo que me empujó a querer aprender a hacerlo yo misma.
Estudié Cosmética Natural en diferentes escuelas (como el Instituto Europeo de Dermocosmética; en Rincón Silvestre; en el laboratorio de Giraluna; con Palmira Pozuelo -la maravillosa profesora de fitoterapia que tuve en Unisalud- y un montón de cursos y talleres más).
Fui haciendo más tipos de cremas y de otros productos; y un día tuve muy claro que quería dedicarme en cuerpo y alma a lo que más me satisface en estos momentos, que es hacer una cosmética natural, artesanal y con ingredientes ecológicos, libre de substancias tóxicas y dañinas tanto para nuestro organismo como para el medio ambiente.